La evolución tecnológica del siglo XXI ha generado transformaciones profundas en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el deporte. La inteligencia artificial (IA), como una de las herramientas más destacadas de esta era digital, abre un abanico de posibilidades para el Movimiento Olímpico: desde el perfeccionamiento del rendimiento deportivo y la optimización de procesos de arbitraje, hasta la creación de nuevas experiencias para el público.
Estos avances, sin embargo, también plantean preguntas éticas y filosóficas que merecen una reflexión cuidadosa. En este contexto, resulta pertinente recordar las palabras de Pierre de Coubertin, fundador del Movimiento Olímpico moderno, quien ya en su tiempo advertía sobre las tensiones entre el progreso técnico y los valores esenciales del deporte. En uno de sus escritos recopilados en Coubertin Speaks, señalaba:
“El deporte moderno tiene algo más y algo menos que el deporte antiguo. Ha
mejorado el equipamiento: natación, lucha y diversas formas de gimnasia son los
únicos deportes que han permanecido sin cambios. Los remeros reman en esquifes o
botes diseñados para ser excepcionalmente ligeros. Los ciclistas se desplazan en esa
creación salvaje, la bicicleta, que ahora avanza de un éxito a otro. Tenemos
raquetas, pelotas, patines y floretes que satisfacen todas las exigencias... Sin
embargo, lo que nos falta es la base filosófica.”
Hoy, en plena era de la inteligencia artificial, esta reflexión adquiere renovada vigencia. La IA puede ser vista como el nuevo "equipamiento" del deporte moderno, pero el desafío central sigue siendo preservar y fortalecer la base ética y filosófica que sostiene el Olimpismo.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ha dado pasos importantes en este sentido, estableciendo principios orientadores para el uso responsable y ético de la IA en el deporte. Esta línea de acción invita a toda la comunidad olímpica a reflexionar sobre algunos ejes clave:
1. La aplicación ética de los principios del COI en la integración de la IA
2. Los mecanismos de cooperación internacional para su implementación global
3. La necesidad de políticas armonizadas que garanticen el acceso equitativo y la protección de los derechos de los atletas
La incorporación de la inteligencia artificial al ámbito deportivo representa una oportunidad para fortalecer el Olimpismo, siempre que su implementación respete la equidad, la transparencia y la justicia. La tecnología, por sí sola, no puede ni debe sustituir los valores que inspiraron la creación del Movimiento Olímpico.
En este proceso de transformación, el diálogo abierto y la reflexión conjunta son esenciales. Desde el Centro Latinoamericano de Estudios Coubertinianos, invitamos a toda la comunidad a seguir debatiendo y analizando el impacto de la IA en el deporte, con el propósito de que su desarrollo continúe orientado al servicio de la humanidad y del bien común.
Coubertin nos recordaba que el deporte es una escuela de vida. En tiempos de algoritmos y big data, este principio sigue siendo más relevante que nunca.